domingo, 29 de noviembre de 2009

Mala Luz


Willabeth, by Fhrankee

Un fragmento más del turbio cuento de hadas que ha estado cocinándose en mi cabeza durante estas semanas.

Mala Luz era una joven menuda y hermosa. Su piel, blanca y lechosa como el empedrado de estrellas que coronaba el reino, olía a frutillas y a nísperos jugosos. Era una niña pequeña de talla, de miembros ágiles y mirada presta. Había mucho de un hada salvaje en sus movimientos, en su ropa ligera y en sus ojos indómitos. El semblante era áspero, como hojas de otoño crujiendo bajo el pie, pero agudo como ojo de lince. Era, a su manera, la reina de toda esa comarca. Quizás —sólo quizás— no había otra mujer que fuera absolutamente inmune a las lisonjas y fatuas pretensiones de las Luciérnagas.

Un domingo de fiesta, meses después de la desaparición de Canassin, decidió que saldría a pasear con aquel vestido de linos invernales. Como un terso eco de la última estación, era fresco y agradable para caminar en los albores de la primavera. A Mala Luz le encantaba detenerse a observar con disimulada atención el efecto que sus ropas causaban en quienes se detenían a mirarla. Si había algo que causaba placer a la niña era imaginarse a sí misma como una aparición hermosa y terrible, fascinante y horrible a la vez. Una vez, cuando niña, había oído hablar de los fuegos fatuos, aquellas almas traviesas que pululaban en las fétidas landas del otro lado de Linde, cerca del río. La leyenda decía que eran despojos errantes de humanidad, niños sin bautismo cuyo horror natal los había alejado de la piedad del paraíso, doncellas suicidas, príncipes ilusos ahogados en quimeras y viajeros incautos. A ella le gustaba imaginar que era una de aquellas tétricas emanaciones de hastío, fantasma nacido para extraviar y jamás ser extraviada. Y muchos se habían perdido por ella. El embrujo de la Mala Luz era de sobra conocido por las comadres de toda la comarca. A todo viajero se le ponía siempre a buen recaudo de sus terribles encantos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Emilio: Me gustó mucho lo que leí. Me gusta como describes a tus personajes y como describes sus ideas y pensamientos también. Sin embargo, aún siento que no he leído tus escritos lo suficiente como para formarme una opinión sólida.
Además, creo me cuesta un poco ser objetiva, porque te amoo!

Coty.

Kareen dijo...

Sip, el hobbit super desarrollado es talentoso como el solo. Muy buen fragmente ;)

Y a que hora se supone que me mandas esos capitulos?

Anónimo dijo...

Exijo ser la editora exclusiva de esto.

Javier Maldonado Quiroga dijo...

Ahora se de donde viene el nombre del libro, XD

Es un buen fragmento. Como siempre, las descripciones son bellas y llenas de detalle. No tengo nada que decir con respecto al estilo, pues me gusta.

Aparece además el tema recurrente de lo fantástico (bueno, obvio, es un cuento de hadas), en este caso, los fuegos fatuos. Y también otro tema recurrente...el de la niña/o diferente. Como una llama que brilla con más intensidad que el resto. Interesante notarlo.

Eso. No se que te puede disgustar del texto. Si fuera mío estaría orgulloso, XD XD.

En fin, eso sería. Ahora me voy a tocar el violín a otro lado, :P

Anónimo dijo...

Todo lo que puedo decir ya se ha dicho, un excelente fracmento, magnificamente escrito como siempre, muy prometedor.