miércoles, 29 de julio de 2009

Freakshow




Mucho se ha dicho últimamente que la hora de escribir el Chile Fantástico ha llegado. Y, a decir verdad, el panorama nunca ha estado mejor. Confieso que los veinte y poco más años que tengo no me alcanzan para rastrear el momento exacto en el que nuestra literatura dejó de ser un estercolero de vacas sagradas. No sé cuando el freak llegó a sentarse junto al insoportable viejo de la boina. Pero si de algo tengo certeza, es que a los catorce años creía que estaba solo en esto. Nunca se me ocurrió pensar que lo que estaba viviendo se replicaba infinitamente a lo largo de la vertebral de Los Andes. El bote que imaginaba se abría paso en soledad. Había dos manos y dos remos. Nada más. Pero de pronto aparecen todos estos personajes. No sólo los que están publicando hoy, sino los que van a publicar mañana. De súbito te enteras que las manos y los remos estaban allí, a vista y paciencia tuya y de la niebla. Es mucho menos desalentador remar acompañado, aunque la oscuridad no te deje ver el rostro del compañero, del otro lado del largo bote. Y aún así te convences. El discurso de los freaks nos convence no sólo porque seamos freaks nosotros también, sino porque entendemos que el realismo es más que el mundo donde la noche y sus seres duermen bajo las raíces. Sabemos que la magia es más que una metáfora: la hemos visto. Y sin embargo los de siempre siguen alegando. Que no es Literatura (¿Qué diablos?), que no es "literatura seria" (¿Ah?), que no es para tomarse en serio, que es "reaccionaria", blah blah blah blah. Los anacrónicos constructivos nos sirven. Las ratas mordiendo el cableado no. Juan Manuel Vial et al, les hablo a ustedes. Les guste o no, el realismo del mainstream es frágil, parcial y fragmentario. Está saturado. Nosotros tenemos el mejor, el inagotable,y somos muchos. Muchos.

Pase y sientase cómodo, señor dinosaurio. No somos intolerantes defendiendo la libertad de expresión, pero tenemos argumentos.

miércoles, 22 de julio de 2009

Comparaciones



Imagen by for-w-art (deviantart)

A los seres humanos nos encanta compararnos. En algún momento de nuestras vidas, todos queremos ser como algún personaje, un actor o una personalidad. No sé si es algo intrínsico de la naturaleza humana, o si definitivamente la disconformidad es aprendida. Nuestras influencias nos dominan. Nos perdemos en los pliegues de a capa de nuestros ídolos. No falta la que quiere ser la Stephanie Meyer de Talca, el Tolkien de Chimbarongo o el Borges chilote. Nos cuesta un mundo ser los nosotros mismos de donde somos. ¿Para qué estar a la sombra de otros si puedes echar la tuya propia, por modesta que sea?

Yo le tengo un gran aprecio a todos los escritores y escritoras que admiro. Me encanta demostrarles mi afecto con sutiles postales intertextuales. De pronto, escribo un párrafo donde Poe pasa caminando por la calle como un vendedor de paraguas. El sobrenombre de la mejor amiga de Martina es el título del sucesor de Out of the Silent Planet de Lewis. No se trata de alardear de cuando he leído, o de mandar al lector a la enciclopedia. La idea es sólo pagar con un granito de arena (un cameo, un nimio reconocimiento) los gratos momentos, y la experiencia adquirida. Si mi lector no se da por enterado del guiño, el libro se entiende de todos modos. Sólo es un poco de cariño. No vivo por convertirme en el clon de alguno de ellos.

Hace un rato, leí en el blog de Francisco Ortega que un joveuna simpe somn escritor quiere ser el C.S Lewis Chileno. ¿Por qué no es él nomás, y punto? ¿Es una cosa de madurez, del complejo de inferioridad del que sufrimos los chilenos? ¿Se trata de justificar el derecho inalienable de escribir fantasía anteponiendo el nombre de una autoridad?

Si sueno amargado es porque de verdad estas cosas me amargan. Pero menos mal que es temporal. Felizmente, valemos más que una simple sombra.

domingo, 19 de julio de 2009

Martina


Imagen by Morfiquara (deviantart)

La tarde del día en que el destino sorprendió a Martina fue también una tarde de otoño. El cielo, pálido, volcaba sus párpados soñolientos sobre los tejados de lata de las casas que flanqueaban la calle Santiago Rosas. Ella caminaba, abstraída, pensando en aquella hoja, pesada y soberana, que había visto caer desde la copa más remota del castaño del patio del Colegio Todos los Santos. Caía en círculos, como la historia de un pueblo maldito que marcha hacia su inexorable fracaso. Y sin embargo, había una gracia gentil, una cadencia suprema en cada uno de los espirales invisibles que marcaba a su paso. El viento de las diez de la mañana a veces la tomaba para sí y la apartaba de su curso, pero finalmente la voluntad de su propia inercia —o un soplo vigoroso—, la ponía nuevamente en su dirección inicial. Allí, al centro del charco bajo la estatua del Patio de la Virgen, cayó la hoja seca y resquebrajada, mientras ella recordaba el lirio rojo y sus compañeras le preguntaban qué le pasaba. Para ellas no había respuesta, aunque sí para su intimidad. “Hoja que caes en otoño”, escribió en su cuaderno de sobra (siempre había uno) y de este modo el pacto quedó firmado. Había escrito su primer verso y con ello sellado uno de sus tantos destinos.

sábado, 18 de julio de 2009

Schmetterlinge






El Huevo Mundano es la continuación directa de Faeriephilia, así que, en pocas palabras, sigue siendo un blog dedicado a la (no tan incipiente ya) literatura fantástica chilena. Comenzando, como estoy, un nuevo periodo, necesitaba dejar atrás el viejo espacio, para encarar con buenos vientos los nuevos proyectos. Por lo pronto, se nos viene la larga, penosa y fatigosa tarea de encontrar editorial para mi primera novela, Schmetterlinge (2009)

A grandes rasgos, la historia cuenta la revisión de vida de una niña de doce años a quien la menstruación ha sorprendo a mitad de la noche. Es una novela bastante extraña, a medio camino entre un libro para niños, literatura fantástica , mitología, comics , anime.,y hasta videojuegos. Martina, la protagonista, no tiene que atravezar ropero alguno para encontrarse con un mundo plagado de criaturas desconcertantes y maravillosas. Con lo que espera escondido en el desván de su casa ya tiene suficiente.

Escribirla fue un ejercicio maravilloso. Ojalá que, llegado el momento, sea del agrado de ustedes también.