domingo, 3 de octubre de 2010

Las Cloacas de Locknor (Fragmento)

Sewer, by VanderHuge (deviantart)
Echaron un rápido vistazo a cada una de las cinco alternativas que tenían al frente: todos los caminos se veían igualmente sucios y poco confiables, siniestros y desagradables al olfato. Sin embargo, el único de ellos que les permitía seguir avanzando era el del medio. Los cuatro adyacentes acababan rápidamente en paredes cubiertas de algas, limos y colonias de hongos, en depósitos de excrecencias y súbitas caídas que llevaban a viejos canales en desuso.

A poco andar, los mellizos descubrieron que sería imposible seguir sin ensuciarse. Tras atravesar el corredor, salieron a un espacio abierto sobre el cual flotaba una densa nube de amoniaco mezclado con otras pestilencias. Entre arcadas, Alanis alzó la vista y descubrió un sinnúmero de escotillas que se abrían desde las paredes, flanqueadas por faroles que exhalaban tétricas luces verdes y amarillas, encapsuladas en frascos de granalita . Las aberturas vomitaban continuamente el flujo de inmundicia que circulaba por los canales subterráneos de cada uno de los hogares de Locknor, transportando los desechos de herreros, peones, diplomáticos y gobernadores, formando una laguna repugnante. La única posibilidad de llegar al otro lado de aquella suerte de anfiteatro era a través del cenagal artificial que se había formado tras años y años de desperdicios humanos.

—No esperes que ponga un pie en esa cosa—dijo Maranie.

Alanis no tuvo más remedio que cargar a su hermana sobre sus hombros. Después de comprobar la profundidad del depósito —el agua le llegó hasta un poco más arriba de las rodillas—, se inclinó en el borde de la alberca, con ambas manos hacia atrás, para recibir a la joven, que se abrazó firmemente a su cuello. Después, no sin cierta dificultad, descendió hasta tocar fondo, se armó de fuerza y paciencia y siguió adelante, aunque a paso de tortuga. Pese a que Maranie era ligera como una sílfide, la peste de cien años que reinaba en el lugar intervenía continuamente con la tarea. Los constantes accesos de náusea lo hacían trastabillar. El miedo siempre presente de encontrar un súbito descenso en el trazado del terreno entorpecía cada uno de sus intentos por ir más allá. Pronto, la falta de aire fresco también comenzó a jugarle en contra. Cada vez que se desviaba para uno u otro lado, veía llamas que engendraban pesadillas y rostros fantasmales en los rincones más oscuros. Casi creía que podía escuchar las voces de espíritus penitentes, llamándolo por un nombre que no era el suyo, pero que le pertenecía tanto como su Destino.

Al fin, llegaron hasta el otro extremo de la alberca. Allí, después de dejar a la muchacha en un lugar seguro, Alanis se rindió ante la sombra de una puerta cerrada.

EdDE I, Cp. IX La Reliquia del Viejo Monasterio

4 comentarios:

Constanza dijo...

Wow! Quite interesting actually! I'm looking forward to reading more =)

Love you charming one!

Javier Maldonado Quiroga dijo...

Estoy seguro de que este fragmento no lo leí en el borrador que me enviaste hace un tiempo (aquel que quedó incompleto), por lo que me imagino que corresponde a una nueva reescritura. Es acá donde me pierdo un poco. Suponía que estabas escribiendo en inglés. Con respecto a los capitulos que me enviaste hace poco, me imagino son de reciente escritura. A modo de resumen, me han gustado mucho, tanto como los anteriores, solo que ahora cuento con más detalles. Espero podamos hablar de todo esto pronto.
Saludos!

Anónimo dijo...

Cotita, I'm happy to see that you enjoyed it. Of course you will be getting much more of these two siblings in the very near future :)

Love you, faery one!

Paula R.D dijo...

Dos hermanos en camino hacia... ¿hacia qué? Me entró la curiosidad.
Me gustó la escena. Los esfuerzos de Alanis por llevar a Maranie sin caer están bien descritos.

Por algún estúpido motivo, me recordó cuando, en Saint Seiya, Ikki tenía una alucinación de su infancia (o algo así) mientras cargaba a un Shun bebé que cada vez pesaba más y más... y él, aunque sus pies desnudos se lastimaban con los guijarros, no cejaba y seguía adelante. Extrañas asociaciones. Saludos y sigue subiendo cosas al blog.